Yo: !Claro que no! Me comporto bastante bien en sociedad...
Nano: !Cómo no vas a estar loca si traes colgados en el cuello un dragón, una navaja para rasurar, un cristal en forma de gota de sangre según tú y una placa de identificación sin nada grabado!
Yo: Weno si, tienes razón...
Lo peor del caso, es que todo fué regalo, jejeje.
El primero fué el dragón... lo amaba! pero ese yo lo compré, el cual luego lo regalé y lo dejaron olvidado en el piso.
Antes de olvidarlo... por compromiso más que por acto sincero, me regalan la placa de identificación sin nada grabado como agradecimiento por el dragón regalado con tanto cariño...
quien terminó en un sobre, en una recepción, de un hotel, de un lugar lejano.
Seguramente sigue ahí o colgado en el cuello de alguna recepcionista.
Quería un reemplazo, lo busqué y busqué en el centro de la ciudad más grande del mundo, pero no lo encontré... hasta que un día una querida amiga de tanto escuchar lamentarme por el mentado dragón, ordenó el pedido especial y llegó antes de navidad.
La navaja la vi en una joyería entre diamantes y hermosos anillos, alguien a quien quiero mucho, pero tristemente empieza a desvanecerse de mi memoria por su elección. Se dió cuenta de mi interés por la navaja y amablemente me la regaló.
Me encanta.
La gota de sangre es un cristal de Swarovski, que me dejaron un día en el escritorio de mi oficina con una nota que decía "Una gota de mi sangre para tí Vampira"
Hasta la fecha no sé quién me lo dejó.